sábado, 30 de mayo de 2009

Sfogliatella

En detalle: "Cruz I" (2005) 0,70 x 0,80 m.


Domingo de invierno en Buenos Aires, a su padre hoy no lo va a ver, está de luna de miel.
El día pinta bajón.
En la tele, para variar no hay nada.
Afuera hay un cielo bien azul que invita a salir un rato.
Eso la ayuda a decidirse. Rumbo a La Boca, va.
Al mejor lugar de su ciudad donde comer sfogliatella
Ahí la llevaba su abuelo.
Ella sigue cumpliendo la tradición de sentarse en la mesita de la derecha, y enumerar de cuántos países hubo visitantes.
Las paredes están cubiertas por billetes y monedas aportadas por los clientes, mayoría turistas.
Sentada en esa mesita vuelve a sentir nostalgia.
La invade la necesidad de levantarse e irse.
En la calle, el aire comienza a sentirse más frío.
Da unas vueltas entre turistas y vuelve a contagiarse de ese espíritu que le gusta captar en su ciudad. Sentirse turista en su lugar. Observar las veredas o edificios, con ojos nuevos y desprovistos del sentimiento de pertenencia de lo que te rodea.
Esa noche, fumando un cigarrillo, pudo recordar el día con una sonrisa.
Mucho mejor de como comenzó.













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3 comentarios:

  1. Recordar sensaciones y situaciones a traves de un alimento, es un sentimiento fuertisimo...parece pueril, pero no lo es. Los sabores y los olores, son capaces de despertar sentimientos que uno creia dormidos por el tiempo.En algunos casos, uno puede manejar esa melancolia y en otros, debe hacer lo de Amaranta...partir...llevando el recuerdo sin sacarlo...en mi caso, los olores de lenia en la cocina, me llevan al campo, a San Ramon en Labarden...infancia inocente y feliz, sin temores ...lindo...hoy camino mi barrio Las Lomas de Stella Maris y esta lleno de ese olorcito a lenia que sale de casi todas las chimeneas ( incluso de la mia) y me envuelve el sentimient de infancia feliz...sin temores...Quien dijo que los olores son solo para percibirlos? Amaranta,la proxima vez, sentate y pedi la Sfogliatela ...volveras a estar con tu abuelo y todo lo que eso encierra en tu corazon...
    !!!Animate!!!!

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  2. Cierto, los olores son códigos de barra que quedan grabados en el corazón. Las tortas de las tardes que mamá preparaba para la vuelta del cole, el olorcito de las viejas panaderías con cuadra ( gracias a Dios todavía sobreviven algunas en los barrios), los jazmines en noviembre, el aroma de un buen vino tomado a sorbos, lentamente...y el chocolate que se tomaba en los cumpleaños cuando era chica y la Coca- Cola instalada entre nosotros.
    Tambien estaba el bargueño donde se guardaban los licores, y cada noche se convertía en el altarcito donde ibamos a servir la copita para papá y mamá .....te acordás Lily?

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  3. fe de erratas :quise decir la Coca -Cola NO estaba instalada entre nosotros

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