Están los cuatro sentados en la arena. Entre todos no suman veinte años.
Miran ese mar infinito que se funde con el cielo.
El reflejo del sol les hace entrecerrar los ojos, arrugando esas narices con pecas.
El reflejo del sol les hace entrecerrar los ojos, arrugando esas narices con pecas.
En sus bocas hay vestigios del helado que le compraron a ese vendedor que va gritando
¡ lloren chicos, lloren; pídanle a papi un helado!.
No son concientes de los ruidos de gente que los rodea.
En sus manos toman arena mojada y la dejan caer haciendo montañitas
a lo largo de esas piernas de rodillas huesudas y moretones.
Cuando las cubren, utilizan el palito del helado de agua,
para afeitarles esa arena.
Una y otra vez repiten el juego.
Hablan entre ellos maravillados de descubrir su cuerpo.
El sol les calienta los hombros.
Les tira la piel de la nariz al secarse la sal del agua del mar.
Uno de ellos se relame, y siente el gusto agridulce
de la mezcla de esa sal con los restos del palito de frutilla que comió.
Están plenos, libres y felices. Es ese momento donde nada falta.
El pelo húmedo y duro le hace picar la espalda a Matilda.
Los cuatro sentados, espaldas de hombros estrechos encorvados, transmiten ternura a sus padres que los observan.
Son buenos chicos, ellos se saben buenos.
La llamada de una de las madres los interrumpe en su ritual.
Con desgano, dejan de lado la tarea, y se van a la zona de carpas.
Mañana será otro día de ganas de jugar en el mar.
Villa Gesell, torpedo de frutilla y en casos especiales un lollipop. Me acuerdo como si fuera hoy de la pegajocidad en la piel cuando se empezaba a derretir ese jugo artificial y partiamos el helado en dos. Hace 30 anios el mundo todavia etaba sano. O no nos protejiamos del sol o eso de encremarse era tan intracendental que lo borre de mi memoria.
ResponderEliminarFELIZ CUMPLEMES para el PAULA´s DECKE!!!
ResponderEliminarHace solo un mes que apareciste por primera vez y hoy ya sos parte de nosotros, quienes acompaniamos a Amaranta, Matilda y a Simon todos los días, quienes vemos un poquito el mundo de otra manera gracias al DECKE.
Este relato de vida,me produjo mucha ternura...Gesell...La Ilipa...Opa Kurt..Oma Else...nosotro los Opa-Oma de hoy, jovenes y los hijos creciendo panchamente al sol, sin cremas ni embadurnes...me gusto...Gracias por este pantallazo de vida...
ResponderEliminar!!! Bienvenida al grupo Matilda!!!
!!!!GRACIAS PAULA'S DECKE !!!!!!En solo un mes lograste un lugar entre nosotros ,tus seguidores.
ResponderEliminarGracias Paula, la decke se convirtió en una alfombra mágica que me acercó a vos.
ResponderEliminarLa historia de hoy tambien me llevó a esas playas inmensas y ventosas que en otras épocas disfrutamos y hoy evocamos, a mis nenas jugando y corriendo hasta la orilla, a Guido que luego se sumó a la partida, al tiempo que se escapa como la arena entre los dedos. Hoy en la playa encontramos nietos y ya no hay tantas energías para quedarse todo el día...pero la vida es eso y es sabio disfrutar cada momento.
Ya está, me estoy sacando la arena de los pies, ya vuelvo a casa; hasta mañana
Paula era yo quien escribió lo anterior , pero sucede que a veces me complico con este sistem , un beso
ResponderEliminarGracias por este primer mes, y a por muchos más!!!
ResponderEliminarMe llenaron el alma con todas estas devoluciones!
ResponderEliminarEl olor del bronceador, mezclado con la salitre, el ruido del mar y los pájaros, con el golpe de las pelotitas de goma en la paleta de madera, algún exabrupto en el partido de fútbol o voley playero...Y la crema blanca, espesa, sobre los labios y la nariz; y la recuerdo en algún otro momento de colores flúo...saludos pa todos!
Que lindo Paula, a mi me hicistes acordar a otra playa, Guaruya.A cinco personitas sentadas en tanden de menor a mayor,sobre una arena blanca y finita con palmeras de fondo; el helado tambien estaba presente, solo que se llamaba
ResponderEliminar"picolè". ¿Te acordàs..?
Ah! me olvidaba, feliz cumple Paulas
ResponderEliminarDecke. Parabens!
mmmm, de uva o abacaxi....muy lindos recuerdos.
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