El malentendido (parte b)

En ginebra están, conociendo la ciudad.
Simón y sus amigos resultaron ser de lo más divertidos.
Al segundo día de estar ahí, Simón en un aparte
la invita a ella sola que a su departamento la acompañe.
La excusa es poder buscar una guía de turismo que él olvidó llevar.
Ella acepta y entusiasmada se deja llevar.
Una vez en el lugar, él se saca los zapatos y le ofrece ponerse cómoda,

mientras sale del cuarto con alguna excusa.

Ella tarda un segundo, y toma la desición de no dejar pasar semejante invitación.
Una tarde de lujuria en suiza no quiere perderse y sólo con la bombacha queda en tres segundos.
Al volver Simon con un libro en la mano,
queda obnubilado ante la imagen de Amaranta en tetas y tanga.
En ese momento el resto del grupo se une a ellos en el departamento,
enmudeciendo en turnos a medida que al living van entrando.
Amaranta más colorada aún que su bombacha,

sale corriendo al pasillo del edificio mientras se va vistiendo.
Insulta hacia la nada y ya en la puerta, se da la vuelta y a Simon encara,
en castellano y con mucha furia le grita,
"tu novia tenía razón, sos una cocotte".