miércoles, 3 de junio de 2009

El crucero del amor

En detalle: "Flores en una noche de verano" (2008) 1,50 x 1,00 m.



Rubén y Amaranta en un barco, al Uruguay, van.
El le hizo la propuesta, de un fin de semana en estas costas, pasar.
A Ella se le ocurrió lo del crucero del amor y lo invitó.
Camas cuchetas un tanto chicas les tocó. No tienen baño privado, sólo un lavatorio en el cuarto.
Pero la claraboya con vista al río la entusiasma, con una sonrisa acomoda sus cosas.
Al restaurant se dirigieron para la cena degustar. No había mesa del capitán, pero les gustó igual. Por el casino pasaron y en la discoteca bailaron. Cuando el cansancio pudo más, al camarote regresaron.
Luego de unas horas de pasión,en sus cuchetas reposaron.
Amaranta en la de arriba se acostó,sus piernas quedaron suspendidas en el aire,
el lecho un tanto corto resultópero con la luz de luna en su rostro, feliz se durmió.
En algún momento de esa noche, con pesadillas despertó.
Imágenes de naufragios, gritos y aullidos vivió.
El barco en el que navegaba, una tormenta transitaba.
La cara de ella y la almohada estaban totalmente mojadas. Agua, a través de la ventana abierta, entraba.
Los gritos que creía soñados,provenían de su propia habitación,Rubén los generaba.
El hombre había despertadocon el bamboleo en el barco generado. Urgido, una expedición al baño, del final del pasillo, emprendió. Era tal el movimiento para uno y otro lado, que los demás pasajeros chocaban entre sí .
Era ese pasillo, repentinamente chico, para semejante tráfico.
Los pasajeros, hermanados por un tono demasiado verde en sus rostros, intentaban llegar al cuarto de baño.
Ante semejante panorama, Rubén retrocedió cambiando de idea.
Especulando aguardar unos minutos, para que el movimiento cesara, cuando su cuerpo le exigió una resolución para su urgente necesidad.
Quizo encontrarla en aquel labatorio pequeño, que en un primer momento les generó tanta curiosidad a los dos.
Lo que Rubén no calculó, es que el elemento en cuestión, estaba a una altura demasiado elevada,
para el fin por él buscado.
Fue tan extrema la postura que el hombre debió adoptar que transcurridos unos segundos ,
su pierna izquierda se comenzó a acalambrar.
En esta situación física y sin haber concluído su trámite, comenzó a aullar del dolor.
Amaranta se despertó y se encontró con esta situación.Más que una mano en el hombro de él, no pudo aportar.
Una vez recompuesto del calambre, se ayudaron el uno a la otra,para cruzar aquél pasillo.
Buscando sentarse en un banco en el exterior.Tapándose ambos con una frazada, durmieron unas horas mientras amanecía. El cielo revuelto de nubes les dió la bienvenida a tierra,
Después de semejante aventura marítima,lo primero que hicieron en suelo charrúafue hacerse de un billete aéreo para el regreso.












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3 comentarios:

  1. Lo que Amaranta y Ruben no sabian es que tanta pasion y revuelo en ese pequenio camarote, le dio envivia al rio de La plata y éste no pudo quedar indiferente y se puso a mover al tirmo del amor de ellos dos...
    !!! Qué bueno dijo el río !!! en un pequenio camarote tanto amor....me gusta...yo los sigo y amo también...no me importa que los otros tengan que aguantar los resultados de esta pasion en el medio de la noche y el río...
    !!!Bravo Amaranta y Ruben !!!Fueron capaces de provocar una sudestada...no cualquiera..

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  2. No toda pareja supera algo asi. Amaranta y Ruben fueron puestos a prueba y se ve que se sacaron 10. Con el hombre equivocado puede ser esta historia un calvario. Veremos que pasa en el avion. Ahi, que ni se toquen porque si al cielo le agarra la envidia por la pasion.. no me quiero ni imaginar la situacion.

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  3. a veces las grandes ideas chocan con obstáculos inesperados, tal es este caso donde unos centímetros impidieron esa obra maestra del ingenio, propio de un espíritu práctico, muy de brocha gorda.

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