lunes, 20 de abril de 2009

Aires Argentos


El tema es el siguiente, cómo lograr vivir en un país (que no es el de origen) y disfrutarlo...
Pasados los dos primeros años, donde todo es una novedad: la "primera nevada", cómo se hace tal o cual cosa aquí, lograr tener tooodooos los formularios en orden y al día, encontrar "el" pediatra/médico/dentista de confianza, etc., más algún viajecito al lugar de origen para "cargarse" de cariño familiar y de charlas con las amigas face to face; comienzan las rutinas.
A mi entender lo más difícil de esto es mantener "fresca" la sensación de "temporalidad" en la vida aquí, es decir: vivir acá, aprender y respetar la cultura del lugar, sumar a tus costumbres las de el país donde residís, pero no por eso convertirte, en mi caso, en "un alemán más alemán que un alemán".
Aprendí a que el factor climático no sea determinante en si voy a hacer o no alguna cosa.
Los alemanes tienen un dicho cuando empieza a llover y alguien no quiere salir para no mojarse te dicen "qué, sos de azúcar?".
Recuerdo en la radio en argentina, donde te decían " hoy, probabilidad de chaparrones" y el locutor cool te aconsejaba "si no tiene nada impostergable, vaya otro día a realizar el trámite"
Aquí, si sigo esa premisa, desde Octubre a Abril no salgo de casa...
Vivir en "el primer mundo" es maravilloso, no me voy a poner quejosa en eso, pero aprendí que: como "todo es suma cero" (mi marido es ingeniero...) para estar en un lugar socialmente justo, es justo para todos, pero, para TODOS.
En general termino pensando que es buenísimo que todo funciona, lo que en general no te cuentan, es que funciona a "tracción sangre"...y es la de uno mismo!.
Está buenísimo aprender a tomar conciencia del medio ambiente y que tus acciones repercuten directamente en el espacio en que vivís; pero no me termina de convencer la cantidad de tiempo físico que dedico a reciclar la basura.
Cada vez que viene a visitarnos algún argentino, se horrorizan de verme lavando la basura, sí, los tetras de leche, envases de dulces, yogurth, etc. hay que lavarlos y luego en el sótano de mi casa tengo contenedores donde voy separándolos y mi marido, una vez por semana, los lleva al centro de reciclaje (tuvo que aprender las once categorías en que tenés que descartar el plástico, por decir algo).
Las primeras veces que viajaron mis padres a visitarnos, recuerdo a mi mamá deambulando por la casa con cosas en la mano que quería tirar pero no sabía en "qué" categoría iba...
La ventaja que tengo de haber aprendido el idioma aquí es que todavía tengo la herramienta de "on/off" cuando me aburre o me parece una tontería lo que estoy escuchando, cosa que con el castellano no puedo hacer.
He desarrollado la capacidad de dar a entender que estoy totalmente atenta escuchando, con "ahá" afirmativo o negativo según las expresiones de quién me está hablando, sin tener mucha idea de "en qué estamos ?" .
Viene a mi mente la charla con el diácono, antes del bautismo de mi tercer hija, donde el hombre vino a mi casa y estuvo TRES horas hablando!.
Los primeros veinte minutos participé activamente, a partir de ahi, modo "off-ahá".
En esos momentos me identifico con el lema de los pingüinos de la película "madagascar" :
"Sonrie y saluda"...
Estoy totalmente agradecida de haber podido, junto con mi marido, sacarnos las ganas de esta experiencia y en cada anécdota que sumo confirmo que lo más importante, en cualquier experiencia o situación que vivimos es: que "cámara", de todas las que poseemos para "ver" la vida, decidimos "dejar" encendida...


3 comentarios:

  1. Un pantallazo mas que interesante...claro, sin tintes extremos...
    !!!! Resultaste una narradora costumbrista de primera !!!!!

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  2. Yo que vos, incorporo la escritura además de los tapises como forma de expresión...
    Me encantó esto!

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